sábado, 14 de agosto de 2010

Batalla del Pari





Batalla de El Pari: José Manuel Mercado ‘el Colorau’ y sus montoneros patriotas perseguían a la caballería realista en desbandada, mientras Ignacio Warnes ingresaba al centro del combate entre las dos infanterías para dar el tiro de gracia a las fuerzas realistas del cruceño Francisco Xavier Aguilera. De pronto, una bala de cañón lo derriba del caballo, que le cae sobre la pierna, dejándolo indefenso ante el avance de los infantes de ‘Talaveras de la Reina’, reclutados de las prisiones de España, que lo matan a bayonetazos. La victoria patriota, que llegaba ese 21 de noviembre de 1816 en el único territorio libre de un Alto Perú dominado por los realistas, se desvanece. Warnes muere ahí donde desde 1916 hasta ahora hay un busto en su memoria, en la Plaza 21 de Noviembre (mal llamada Fátima), en el segundo anillo y la avenida Grigotá. Varias escenas de esa batalla, ocurrida hace 191 años y en la cual se derramó sangre cruceña en ambos bandos, podrán verse desde hoy, a las 20:30, en el ex edificio prefectural frente a la plaza 24 de Septiembre. Allí, estudiantes de la Universidad Católica, con apoyo de la Prefectura, iniciarán una muestra que incluirá esculturas en arcilla, paneles de texto e ilustraciones sobre la batalla, considerada una de las más sangrientas de la independencia americana. De 3.000 combatientes, sólo sobrevivieron 200.“La idea es que éste sea el primer paso para un museo de historia regional cruceña. Para eso necesitamos que la gente se comprometa, que aquellos que tengan piezas, sables o uniformes de la época, los expongan en el museo”, afirmó Damián Vaca, catedrático de museología en la Facultad de Turismo de la UCB que organiza la exposición. Agregó que después de ver las muestras, la gente podrá hacer actividades, como crucigramas, para demostrar sus conocimientos en el tema. “Esa batalla fue importante porque ocasionó que territorios de lo que hoy es Santa Cruz, Beni y Pando pasen a manos realistas. Durante los nueve años de gobierno de Aguilera (vencedor de Warnes), José M. Mercado y Cañoto lo hostigaron”, dijo la historiadora Paula Peña. Agregó que la plaza El Pari debería ser recuperada como terreno histórico, por ser el sitio donde se peleó la última gran batalla independentista cruceña.El plástico Carlos Cirbián, que en 1996 realizó un cuadro de 1.60 por 1 metro que recrea la batalla y que ahora está en la pinacoteca de la Caballería del Ejército, dijo que pese a la derrota, El Pari fue una lección de civismo.
El dato
* A las 11:00 del 21 de noviembre de 1816 ambos bandos inician el tiroteo. La batalla acabará al atardecer. * Aguilera llega desde Vallegrande con 1.600 hombres, de los cuales 500 son jinetes.* Ignacio Warnes defiende la plaza con 1.000 hombres.* Warnes muere, es decapitado y su cabeza exhibida en la Plaza.* Aguilera es fusilado en Vallegrande en 1828.

sábado, 5 de junio de 2010

Batalla de Florida

Se recuerda 196 años de la gran Batalla de Florida
Una de las contiendas decisivas de la Guerra de la Independencia. Los cruceños jugaron un papel histórico y político en esta gesta libertaria.
El gobierno argentina de Gervasio A. posada, en 1821, dispuso que la calle mas céntrica de Bueno Aires, lleve el nombre de florida, en honor a esta crucial batalla.
Periódico El Día, martes 25 de mayo 2010
Hoy se celebran 196 años de la Batalla de Florida, una de las contiendas decisivas de la Guerra de la Independencia, en la que se puede constatar el papel histórico y político de gran importancia que desarrollaron los cruceños en esta gesta libertaria.
A continuación fragmentos de las obras completas de Humberto y José Vásquez Machicado.
Todos veteranos de la "patria vieja" como solían llamarse ellos con orgulloso énfasis, coincidían en los siguientes datos: Arenales, después de su derrota en San Pedrillo, se presentó en el pueblo de Florida, fue hecha porque tuvo noticias de que el Coronel Ignacio Warnes se había replegado a este pueblo.
Arenales llegó con un pequeño resto de su tropa que constituían unos treinta a cuarenta lanceros. Warnes viendo que sus tropas no estaban bien disciplinadas y por este motivo no podían hacer frente al aguerrido ejército del Coronel José Joaquín Blanco, optó por retirarse al pueblo de Florida, con 400 hombres. La fuerza con que Blanco llegó a Santa Cruz en persecución de Warnes era de unos 500 soldados.
Blanco antes de dejar la ciudad de Santa Cruz, designó como a su lugarteniente a un militar llamado Francisco Udaeta, con una fuerza de unos 100 infantes. Este feroz realista inmediatamente de ido Blanco mandó fusilar a Cuestas y a Cárdenas, oficiales de Warnes.
Cárdenas, antes de ser pasado por las armas, y en el momento en que un soldado realista intentó vendarle los ojos, se negó a esta ceremonia y con voz clara y un acento enérgico, pronunció las siguientes palabras: "Quiero ver venir las balas que me han de matar porque defiendo el suelo en que nací".
Mientras tanto, Warnes recibió anuncios de que Blanco se aproximaba a marchas forzadas en su persecución. El ejército patriota resolvió esperarlo en el lugar de Florida. Pero antes, Warnes quiso distraer a las tropas de Blanco, mientras se ultimaban los preparativos del combate. Para ello, destacó al Coronel cruceño José Manuel Mercado, al mando de unos veinticinco o treinta hombres al punto denominado la "Paliza" a unas cinco o seis leguas de Florida a objeto de estorbar el paso de la vanguardia realista. En efecto, el Coronel Mercado trabó una ligera refriega en aquel lugar y ante la superioridad del enemigo optó por emprender una precipitada fuga hacia Florida, asiento del Estado Mayor de Warnes.
Warnes en posesión de los datos trasmitidos por Mercado sacó sus fuerzas del pueblo de Florida y las desplegó en formación en lo ancho de la playa del río Florida.
El jefe patriota al revisar sus tropas, al observar que uno de sus soldados de infantería de origen guaraní, cavando un foso y ocultándose a medias en él, se aprovechó en seguida de la enseñanza y ordenó inmediatemente se procediese a cavar una zanja en línea. De esta manera la infantería de Warnes estaba protegida por esta especie de trinchera. A la vista del enemigo sólo estaba la caballería, situada a un costado de la infantería patriota.La caballería realista atacó furiosamente a la igual patriota: en lo más recio del combate y estando el ejército de Blanco a una cincuenta varas de las de Warnes, la infantería que estaba oculta en foso en la playa, recibió orden de atacar, habiendo ejecutado la orden con descargas cerradas que causaron el terror y el espanto en la caballería realista; esta circunstancia aprovecharon las huestes de la Patria para seguir a los atacantes, sable en mano.
El desorden y la confusión reinaban en la caballería de Blanco. A fin de rehacerse los jinetes retrocedieron hacia el pueblo de Florida. Al efectuar esta maniobra se encontraron con su infantería que venía por un camino estrechísimo que corría a lo largo de un barranco de unos cien metros de altura y por otro lado un curiche profundo; algunos soldados realistas, en la desesperación, y viéndose acosados materialmente por las fuerzas insurgentes, se tiraron a lo más hondo de las aguas cenagosas, pereciendo irremisiblemente.
La infantería, haciendo un esfuerzo, dio media vuelta y pudo llegar hasta la misma plaza de Florida. Hay que tener en cuenta que este pueblo está situado en el mismo barranco del cauce del río, habiendo colocado Warnes su ejército en la playa del lado Sud.La estrechez de la pequeña plazoleta del pueblo no permitía el desarrollo de las armas de fuego fuera de que la cercanía de los combatientes hacía imposible el cargar de inmediato los fusiles, de manera que la lucha tuvo que llevarse a sable, lanza y bayoneta.
En medio de la confusión y fiereza, se encontraron los jefes patriota y realista Warnes y Blanco respectivamente; ambos montaban briosos corceles; momento hubo en que Warnes llebava la peor parte porque el caballo de éste, para emplear una expresión criolla "boquimuelle". Uno de los soldados del jefe patriota, un negro apellidado Ainque, al observar la mala situación de Warnes se precipitó sobre Blanco y con la culata de su fusil le asestó un feroz golpe en la nuca que lo dejó desvanecido.
El coronel Warnes, se aprovechó de este accidente y cimbrándose sobre su caballo asestó a su rival Blanco un fuerte sablazo en el cuello que concluyó con la vida del caudillo realista. El soldado patriota, el negro Ainque, viendo que Blanco estaba muerto, se apresuró a despojarlo de su uniforme, casaca, gorra y sable y cabalgando sobre el caballo del vencido, partió veloz hacia el campo patriota, donde ya se dejaban escuchar los primeros gritos de la victoria.
Arenales al observar que la caballería había sido dispersada, y al no divisar grupos compactos de enemigos, se lanzó en persecusión de tres lanceros que tomaban el camino de Santa Cruz, pero lo hizo con tal bravura que se aportó de su escolta, lo que fue aprovechado por los prófugos para, a las pocas cuadras de la plaza Florida, volver con sus cabalgaduras contra el atacante y le asestaron tal número de lanzazos y sablazos que lo dejaron por muerto. Arenales tenía trece gloriosas heridas. Hasta aquí el relato viejo. (Transcripción Ángel Sandóval).

jueves, 3 de junio de 2010

El Altillo de la Beni



El ‘altillo’ de la calle Beni se convierte en museo de la ciudad


Escrito por Igor Ruiz- El Deber
miércoles, 05 de mayo de 2010
Patrimonio.
La negociación para la adquisición de la casa con corredor alto de la calle Beni fue calificada de excesivamente burocrática por el concejal pro oficialista Óscar Vargas, pero en las próximas horas será propiedad municipal y será convertida en el museo de la ciudad.Una vez reciba las llaves del inmueble, la comuna procederá a apuntalar la galería y a la rehabilitación de la fachada. La vieja casona que será el símbolo de los festejos del Bicentenario cruceño, en septiembre, y de los 450 años de fundación de Santa Cruz de la Sierra, en febrero de 2011.
Después de más de tres años de negociación con los herederos, la vivienda que perteneció al protomártir de la independencia Juan Antonio Álvarez de Arenales, pasará a la comuna por un valor de $us 321.000.La restauración del frontis y de otras áreas del inmueble costará $us 70.000, informaron en la municipalidad. En la parte trasera construirán salas de exposiciones y un patio interior para conciertos.“Concluyeron los trámites de traspaso y la municipalidad ya pagó a los dueños, sólo falta firmar el acta de conformidad y de inmediato saldrá la última de las herederas que aún habita la casona. Los inquilinos que ocupaban las salas ya desocuparon”, refirió Jery Dino Méndez, director de Patrimonio y Centro Histórico de la comuna.“La excesiva burocracia y la falta de apego a la cultura y al patrimonio histórico de la ciudad impidió concluir este trámite, que comenzó hace tres años. Espero que de inmediato se ponga a punto esta casona para los festejos de septiembre”, expresó el edil Óscar Vargas.Esta casa está catalogada en la categoría I del Patrimonio, junto a otros edificios como la Catedral, el de la Brigada Parlamentaria, la Alcaldía, el del Centro Cultural Franco-Alemán, el Club Social 24 de Septiembre, la casa de Francisco Javier Aguilera, la del Museo de Historia, los templos San Roque, La Merced y Jesús Nazareno, el Colegio Nacional Florida, el edificio Villarroel y la casa Ortiz, entre otros.En febrero el Concejo aprobó la ordenanza 23/2010 que autorizó la rebaja en los impuestos de los 290 inmuebles clasificados dentro del patrimonio, correspondiéndole a la primera categoría el 90% de reducción impositiva. “Hasta ahora no hemos recibido a ningún dueño de las casonas, pues tenemos que obedecer la instrucción de la rebaja. Los interesados deben presentar una copia de la ordenanza que los declara como tal”, dijo David Soruco, secretario de Recaudaciones y Gestión Catastral de la comuna.

Ana Barba


Ana Barba
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Ana Barba conocida también como La Zarca, nació en 1795. Fue una heroína de la región de Santa Cruz en la lucha por su independencia.
Ana estuvo casada con Francisco Rivero, quien ayudó a Ignacio Warnes en su lucha por la independencia. Warnes fue padrino de la pareja en su matrimonio.
Cuando se produjo la derrota de El Pari en 1816, Warnes había muerto de un disparo. Posteriormente el el coronel Francisco Javier Aguilera ordenó cortar su cabeza, y entro en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra con la cabeza clavada en una pica a modo de estandarte. La pica fue colocada en la plaza principal de la ciudad. La noche siguiente y tras la petición de Ana, ella, su esposo Francisco y José Manuel Baca “Cañoto” expusieron su vida para recuperar la cabeza de Warnes.
A pesar del peligro la cabeza fue recuperada y Ana la escondió en su casa situada en la barriada del Tocotocal, enterrándola en el suelo debajo de su cama durante 9 años.
Ana poseía un espíritu templado por lo que sobrellevó con heroísmo todas las adversidades, nadie se enteró donde se hallaba la cabeza de Warnes a pesar de vivir en un periodo de tensión constante debido a los largos años de lucha por la independencia.
Luego de nueve años, cuando se proclamó la independencia en 1825, Ana entregó la cabeza del general al Prefecto del Departamento para su cristiana sepultura.
La cabeza del caudillo fue llevada a la Catedral para rendirle una ceremonia solemne presidida por el coronel José Videla, primer gobernante independiente de Santa Cruz.
No se sabe con exactitud su fecha de fallecimiento.
Reconocimiento [editar]
El nombre de la heroína ha sido inmortalizado en una calle de la ciudad de Santa Cruz y en un colegio.
Bibliografía [editar]
Cruceños notables de Hernando Sanabria
¡Siempre Libres, Cruceños Seamos! de Paula Peña
Eslabones Encontrados de la Historia Cruceña de Nino Gandarilla Guardia.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Cañoto tiene un rostro

José Manuel Baca. Más conocido como Cañoto, nació en Santa Cruz el 10 de diciembre de 1790. Fue un guerrillero de figura gallarda. Luchó por la Independencia junto a Warnes, Mercado y Arenales. Combatió además en Argentina al mando del general Güemes. También se destacó como poeta y músico. Se convirtió en jefe de Los Montoneros. Fue nombrado gobernante de uno de los pueblos de Chiquitos, donde permaneció por poco tiempo en el cargo. Murió el 15 de septiembre de 1854 en Jitapaqui (provincia Andrés Ibáñez). De él quedan una veintena de poesías y dos composiciones musicales